La ruta para subir a la cruz de Priena sale muy cerca del Santuario de Covadonga. El punto exacto de subida se encuentra aproximadamente a 1 km de llegar al Santuario, justo en frente de la Casa Rural Asprón. Podemos aparcar nuestro vehículo en varios parkings que hay a nuestra derecha según vamos por la carretera. Hay un pequeño parking justo antes de llegar a la Casa rural Asprón y otro un poco más grande también a nuestra derecha, justo enfrente de la Casa rural Priena y justo después de pasar Casa Asprón.

Esta es una ruta nada masificada, por lo que si buscamos huir de las masificaciones será una buena opción.

Cruzamos la carretera a la altura de la casa Asprón y veremos los carteles que nos indican la Cruz de Priena. El camino no tiene pérdida y el primer tramo, unos 300 metros aproximadamente, transcurre por una zona boscosa y sombría entre robles y castaños. Enseguida saldremos a un claro y la senda de tierra entre matorral bajo se convertirá en un amplio zigzag que en poco más de 2 km de fuerte subida nos conducirá hasta la cima. Todo este tramo, excepto una pequeña zona boscosa que atravesamos en el último tramo, discurre sin ningún tipo de sombra, por lo que en verano si el tiempo está despejado recomendamos llevar algún tipo de sombrero y protección solar. El sendero está bien pisado y marcado, por lo que no tiene pérdida.

A medida que subimos, las vistas sobre el santuario de Covadonga empiezan a ser extraordinarias. Poco a poco, en apenas 1 hora según el ritmo que llevemos, alcanzaremos la cima de la Cruz de Priena o Pelayo. Nos encontramos a 715 metros de altura pero a pesar de no ser una altura considerable las vistas panorámicas que nos ofrece la cima son espectaculares.
Nos encontramos en uno de los mejores miradores de la zona. Desde la Cruz de Priena. A nuestros pies tenemos el Santuario de Covadonga y el valle del Auseva. Las vistas panorámicas de 360 grados nos permiten también divisar el Macizo central de los picos de Europa con picos como el de «Los Cabrones» o el pico de Torrecerredo.

Después de pasar un agradable rato en la cima contemplando las espectaculares vistas, regresaremos al punto de partida desandando el camino de ida.
La época recomendada para hacer esta ruta es primavera y otoño, en verano puede que el calor apriete bastante. Os recomendamos también elegir un día despejado para poder disfrutar del principal atractivo de esta ruta que son las vistas.

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